Mis niños

El amor se riega todos los días

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En el nirvana, El séptimo cielo, Heard & McDonald Islands
RÍE. LLORA. AMA. VIVE. Republicana, progresista y romántica por excelencia. Fuerte sentimiento de la justicia. Divino desastre pálido y frío. Creo en el destino, en la educación al pueblo y en el cambio. "Sapere aude."

martes, 1 de noviembre de 2011

que pase el tiempo

Quererse estaba bien. Tener amigos era normal. 
Paula pensaba, intentaba concentrarse; estudiar literatura, pero aquel canto asustadizo de los pájaros, el viento chocando contra su casa, las salpicantes gotas de lluvia, sus preocupaciones...
Problemas que le impedían hacer una tarde corriente, como la de todos los días.
Julia le había calentado la oreja, durante de dos horas. Que si tienes que ir a la fiesta de Óscar, haz amigos, eres un bicho raro... Olvida a Sam...
Y cada vez que escuchaba la palabra prohibida (Sam), su mente se escandalizaba. El número prohibido, el día, el recuerdo, cosas prohibidas, claro, que todo tenía que ver con Sam.
Ya no hablaban. Intentaban mirarse sin vergüenza, tampoco miraban a otros. Pero cada mirada que Paula lanzaba de sus ojos negros lacrimosos, eran ardientes hojas afiladas clavadas en el alma de Sam.
Le faltaba esa valentía, ese hecho histórico de abrazarla. Soltarle un te quiero y afirmar que las cosas iban a ir a bien. Pero el orgullo y aquella odiada cobardía le impedían ser quien en realidad quería ser.
Y Paula asumía...¡y cómo lo sabía! Las muchas lluvias que tendrían que pasar para empezar de nuevo.

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