Un buen momento para decir algo

Su llegada me complementó. Recuerdo los ojos de la mayoría, eran abiertos y estaban cansados, como quien lleva horas sin dormir.
Su boca fue algo así  como una cama caliente los domingos por la mañana, una cama en la que te zambullas después de una noche dura, esa cama que te envuelve con la ternura de su algodón casi imposible salir cuando llega el momento, siempre es demasiado pronto, y podría vivir así.
Fue un beso que remató y te hizo pensar en la confianza de tus sentimientos que sabes que son de lo más sinceros, habría valido la pena sobrevivir para llegar al fin de semana y olvidarte de todo por una noche
¿Qué he hecho? ¿Qué debería de hacer? Son maneras diferentes de comenzar algo nuevo y hacer olvidar lo arcaico. Aunque de vez en cuando recuerdo por qué lloraba, ya pasó el doloroso momento y algo nuevo se paró en la puerta listo para entrar.