Yo gozo de Nana propia, como conoces, pero la noche que dormí tan acoplada a ti me evocó al capítulo más tierno de Nana. Hachi dijo que dormir aquel anochecer junto a ella palpó algo así como su primer amor; valoro que a mí me sobrevino lo más parecido.
Fue la tesitura más jocosa que había vivido desde hace mucho, musitando mucho sobre mí misma y ultimé llorando, y tú, me ceñiste a ti y me sosegaste.
Hay entidades que la memoria no borra, será una semana, siete días, quizá demasiado eternos. Me ilusiono en volver, buenamente sin embargo, te dedico mi eternidad por siempre, por considerarme como una reina cuando persisto en tu morada. Aunque sea una cabezuda, gracias por empujarme y patearme, con tus vastos pies, a lo que hoy en día haga que me sienta ufana, bienaventurada y dichosa; por muy latosa que sea el día a día.
Te quiero muchísimo Noelia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario