Mis niños

El amor se riega todos los días

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En el nirvana, El séptimo cielo, Heard & McDonald Islands
RÍE. LLORA. AMA. VIVE. Republicana, progresista y romántica por excelencia. Fuerte sentimiento de la justicia. Divino desastre pálido y frío. Creo en el destino, en la educación al pueblo y en el cambio. "Sapere aude."

lunes, 7 de febrero de 2011

Maica, sudokus y faldas.

Me gustaba ver como Maica hacía los sudokus del kiosko, con sus gafas cuadradas que ahora todo el mundo lleva con estampado numérico y algunas letras.
Definitivamente, era diferente a su hermana; Ruffy era apasionada, alegre, quizás rebelde, sin embargo, Maica era tranquila y demasiado culta; y a pesar del tiempo sigo pensando que era la más rara y guapa (por muy enamorado que estuviera de Ruffy) de las dos.

Dejó sus gafas encima del cuadernillo de sudokus y se tumbó apartando sus bártulos. Caminé hasta su mesa, a su lado. Tomé el cuadernillo y ojeé cada hoja. Observé que en los huecos dudosos tenía dibujado pequeños pasteles originales que soñaba por su santo.

-Comienza a hacer frío ¿no te parece?- dije después de devolver el cuadernillo a la mesa.

Maica echó a toda su extensa, ondulada y morena melena a un lado. Me miró y sonrió, agarró mis manos y parló lo que nunca pensé que diría: "Ven a cenar a nuestra casa y disfruta de Ruffy". Recogió sus trastos y ordenó los libros prestados sacudiendose sus manos en la falda con flores de la cual su hermana era la dueña y a mi tanto me gustaba.

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