Mis niños

El amor se riega todos los días

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En el nirvana, El séptimo cielo, Heard & McDonald Islands
RÍE. LLORA. AMA. VIVE. Republicana, progresista y romántica por excelencia. Fuerte sentimiento de la justicia. Divino desastre pálido y frío. Creo en el destino, en la educación al pueblo y en el cambio. "Sapere aude."

miércoles, 2 de febrero de 2011

Recostarse en su torso.

Anouk achicó su cuerpo, acercando su cabeza hasta las rodillas.
-¿Te encuentras bien?- le interrogó Teo mientras jugaba con el nuevo pendiente de Anouk.
-No quiero ver a Hugo- se abrazó a si misma con mucho cariño.
-Hace dos años que no le ves- hizo una pausa y la rodeó con su brazo. -¡Eres una llorona!- rió; le dio un par de caladas al cigarro y volvió a acariciarle su pelo- Bueno sí, sé que se portó mal, pero...podemos irnos, si tú quieres.

Anouk asomó su mirada por encima del brazo; se levantó y agarró la mano de Teo. Sus piernas temblaban, ella en sí temblaba. Su cuerpo no puedo soportar su peso, se desplomó de rodillas al suelo, lleno de piedras, enfrente de Teo. No dijo nada. Teo retornó a su cigarro, la recogió y se la llevó consigo.

-Bájame, por favor- dijo con un hilo de voz.
La aterrizó al suelo, sin embargo puso su mano sobre su espalda, recostándola en su torso. Saco un cigarro y también el mechero.

-No fumes más. Sé que estás nervioso- Anouk le arrebató el cigarro como también el paquete del bolsillo.
-Tu también lo estás.

Teo colocó sus manos en los hombros de Anouk, acercándola cada vez más a su cara.

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