Mis niños

El amor se riega todos los días

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En el nirvana, El séptimo cielo, Heard & McDonald Islands
RÍE. LLORA. AMA. VIVE. Republicana, progresista y romántica por excelencia. Fuerte sentimiento de la justicia. Divino desastre pálido y frío. Creo en el destino, en la educación al pueblo y en el cambio. "Sapere aude."

martes, 15 de febrero de 2011

Valentina reflexionaba en las ventajas de suicidarse.

El reloj no había marcado ni las cinco de la mañana cunado Valentina se asomó a la terraza.
El viento azotaba su blanca camisola, al igual que a su cabellera. Sus pies descalzos encogían los dedos para guardar calor. Colocó sus manos en la barandilla, aupó ligeramente sus pies del suelo y miró la borrosa calle.
Pensaba en suicidarse, anotar un desliz irreversible en su vida, pero nada se hallaba en su mente que estaría de acuerdo con su principios o sus actos.

Ahora, era el momento perfecto para hacerlo, no amaba ni la amaban, las esperanzas de la vida se anulaban cada día que pasaba.
Somníferos a borbotones, contarse las venas, ahocarse, tirarse al vacío...No quería maltratar ni desfigurar su cuerpo.

Anhelaba donar su palo de la vida para los demás, a ella no le haría falta una vez muerta. Alargar la vida de otras en vez de crear una nueva era lo que Valentina deseaba; la satisfacción de ser una múltiple heroína una vez muerta.

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