Cada vez que Magdi veía a Cherut (Magdi mi perrita) se contentaba más que yo. Incluso a veces me daba la impresión, de que si no fuera un animal, Cherut se enamoraría de ella antes que de mi.
Y bueno, Ivan... Iván es mi hermano pequeño. Un mini marujón.
-Iván- catunrreé- ¡Ivan, hombre contesta!- pero no me respondió.
-Perdona pero Maica no está, bueno si quieres...
Escucharle hablar con un desconocido me hizo correr tan deprisa que cuando llegué a la puerta, me caí. Pero no sent´dolor ninguno, fue ver a Cherut y millones de mariposas aparecieron a revolotear en mi barriga.
Con cobarta, engominado con el extenso ramo de flores que llevaba en la mano, parecía un idiota. Muy guapo sí, pero estaba más guapo cuando sonreía con el pelo encrespado, barba y vaqueros. Pero bueno, vino a recogerme a casa, que era más cómodo que si teníamos que quedar a escondidas.
-Ruffy, ¿estás bien?- me preguntó un angustiado Cherut, puesto de cuclillas enfrente de mi.
Cerré la puerta aún sentada en el suelo.
-¿Tu novio?
-Cállate- me levanté, me miré en el espejo y me acicalé- Es el bilbiotecario, que aún no le he devuelto unos libros.
-¿Y ahora vienen a casa, no?
-Vete a tu cuarto.
-Pero, pero, pero...
-¡Que te vayas!
Esperé a que Iván diera el gran portazo que no me sorprendió. Abrí la puerta, y mis manos se lanzaron a la engominada cabellera de Cherut a despeinarla.
-Dame un beso- me pidió.
Le cogí la mano, apoyé mi nariz en su torso y seguía oliendo tan bien como siempre.
-Ese era mi hermano.
-Vaya putada.
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