Mis niños

El amor se riega todos los días

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En el nirvana, El séptimo cielo, Heard & McDonald Islands
RÍE. LLORA. AMA. VIVE. Republicana, progresista y romántica por excelencia. Fuerte sentimiento de la justicia. Divino desastre pálido y frío. Creo en el destino, en la educación al pueblo y en el cambio. "Sapere aude."

sábado, 9 de julio de 2011

Compararse con barbies nunca estuvo bien.

Era verano, no hacía calor, pero a Ruffy le seguía gustando llevar faldas sin medias. Sin lucir el moreno,  porque no tenía  porque era lo que le gustaba.
Con su forma de andar tan especial, como si estuviera bailando como una de aquellas bailarinas de películas, buscando el collar perfecto para el verano.

Apenas veía a Cherut, pasaba demasiado tiempo con Marie; ahora tenían mucho tiempo libre.
Ruffy nunca había visto a Marie, solo en un par de fotos y podría imaginársela vagamente por las descripciones que le hacía Cherut de vez en cuando.
Y como si el destino hubiera leido sus pensamientos, entre toda la multitud de la ciudad allí estaban. Los dos.

Los pies de Ruffy dejaron de bailar, su alegría se esfumó. Las pequeñas descripciones que vagamente imaginaba ni rozaban a como era ella en realidad.
Con decir que era guapa no bastaba. Era mucho más alta que Cherut incluso puede que un par de años mayor, pero hermosa.

Blanca, con las mejillas rojas porque le quemó el sol; las manos finas, largas, llena de anillos que parecían aún más preciosas. Su melena, algo larga,  negra como el carbón. Hasta pudo imaginar a qué olería.
Y para él, no habían palabras, estaba hermoso de lo feliz que era. Cuando estaba con Ruffy nunca había estado de una forma como aquella.
Se dio la vuelta, quería devolver su collar. Nada podría sanar la envidia que sentía.

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