Mis niños

El amor se riega todos los días

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En el nirvana, El séptimo cielo, Heard & McDonald Islands
RÍE. LLORA. AMA. VIVE. Republicana, progresista y romántica por excelencia. Fuerte sentimiento de la justicia. Divino desastre pálido y frío. Creo en el destino, en la educación al pueblo y en el cambio. "Sapere aude."

martes, 6 de diciembre de 2011

busca a otro a quien picar

El pájaro carpintero fue picando en el bravo árbol durante meses, pensaba que así ganaría su confianza, que llegaría el día en el que fuera tan pequeño y tan humilde como él, pero solo sirvió para hacerse heridas mutuas. Su pico de oro se desgastó y ahora tan sólo emite bajos sonidos llenos de dolor y aquel árbol lleno de heridas que en poco tiempo se cerrarán olvidó que durante un tiempo dio refugio al gorrión. Y allí está debajo el pájaro refugiado en las hojas caídas del árbol pidiendo clemencia, lamiéndose las heridas como puede, porque de lo único que sirven es para hacerse daño con el pico afilado. Se refugia en sus hojas caducada, piensa que así podrá mantener recuerdos vivos, aquellas hojas que en primavera le acariciaron la espalda mientras le hablaba al árbol lo complicada que le resultaba la vida desde tierra, apenas podía levantar lo suficiente su cabeza para ver el cielo y ay pobre árbol quien extendió demasiado las ramas para subirle a su copa y enseñarle el cielo, enseñarle lo nuevo.

Y como cuando has visto la luz y te quedas ciego te enloqueces y maldices para ver otra vez, eso le pasó al carpintero. Vio el cielo, acarició el amor su espalda y todo el verano y la primavera que significó para él,  para el otro no fue importante. Ya no tienes quien te cure esas heridas de guerra sino buscas otro árbol a quien picar.

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