decimoctava confesión

Si me quieres, aquí me tienes. Corre, hay otro que a tu lado vale millones no, infinitas veces más que eso y como siga así hará que te olvide en cualquier sentido. Y yo te sigo queriendo, y si de verdad, si estás tan seguro que tanto valgo, hazme el puñetero favor de luchar. Estoy harta, cansada de tener que esperarte. Siempre hacemos lo que tú quieres cuando tú quieres y no chico, no. Eres demasiado talante conmigo y yo me merezco algo más que eso. Estoy dispuesta a dejar muchas cosas por ti, pero...¡Santa sea la Virgen! Milagros aún no sé hacer, y mucho menos con las distintas ganas del ayer.

¿Qué yo te hice daño? Y yo me río, pero tranquilo, aprenderé a que mis palabras también sean punzantes hojas de fuego si es lo que quieres. Nunca, jamás de los jamases haría daño a una persona a la que tanto y tanto he querido, y la cosa es que ni te imaginas lo que eres para mí. Y yo aquí, indignada, con ganas, harta, confusa porque todavía no me has dejado las cosas claras y sí, me muero de ganas de hablar contigo, es algo nwdfgfhuinaidnuio.

¿Quieres estar como antes? LUCHA, JODER, LUCHA. ¿Qué no quieres que te hagan daño? Esto no se elige, estas cosas pasan y no avisan. Y yo, no voy a hacerte daño, y aunque sea así, volveré a por ti, para que seas feliz. Puedes seguir coaccionándote a ti mismo de cuánto cariño piensas darme y cuándo vas a decir hasta aquí te he dado para no hacerme daño en un futuro, pero yo no tengo un límite y cada día te daré un poco más de lo mejor de mi, ¡qué le jodan al resto! Sólo si quieres lo intentaremos una vez más y que no se vuelvan a repetir las mismas historias del ayer. 

No es que no quiera seguir arrastrándome, es que los demás están hartos de verme así, día tras día, por ti. Abre los ojos de una vez, mira más allá de la punta de tu nariz. Porque a pesar de todo, yo también quiero tenerte como amigo, así tal y como eres. Con todas tus imperfecciones, de verdad, me gustan, pero quiero que sepas que puedo respirar sin ti, y que lo sepas, me duele.