Y de verdad, quiero intentarlo, fue algo que me quitó aquella venda de los ojos. No sé si he hecho bien, si he hecho mal, pero estoy cansada de fijarme en lo más complicado; cansada de llorar.
Me rendiré ante mis cicatrices y ocultaré cada palabra que conduzca a sentimientos, y quiero coser heridas, de verdad, pero no sé cómo, ni cuándo ni con qué o con quién.
Me hizo sentirme muy bien después de conocer la tristeza más profunda, y sé que mi corazón sigue latiendo aunque a veces se caiga con el más inocente golpe. Por lo menos, las mariposas vuelven a abrir sus alas para volver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario