Mis niños

El amor se riega todos los días

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En el nirvana, El séptimo cielo, Heard & McDonald Islands
RÍE. LLORA. AMA. VIVE. Republicana, progresista y romántica por excelencia. Fuerte sentimiento de la justicia. Divino desastre pálido y frío. Creo en el destino, en la educación al pueblo y en el cambio. "Sapere aude."

miércoles, 5 de junio de 2013

Literatura

Si había un placer en la vida era mirarle. Podría consumir  mis días en contemplarle sin descanso, pero él es algo más que mera composición química, biológica y materia viva de piel rosada, suave y nariz achatada.
Su  boca conserva  un señero sabor a júbilo y libertad, de lengua viperina y con intento de perseverancia. Su razón no grita rebeldía, pero está repleta de entes vivaces. No es un alguien sensacional ni excepcional, puede que chocante e inusual.
Pero mucho más placentero era sonreírle, con delicadeza, acariciarle y deslizar las manos desde los hombros hasta su espalda, trazando círculos, y comenzar a anudar cuerpos. Abrazar, fuerte. Mirarle, sin exagerar, bajar párpados y abrirlos, trazar ángulos con la mirada, buscarle y e inventar la manera de encajar nuestros cuerpos.

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