Mis niños

El amor se riega todos los días

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En el nirvana, El séptimo cielo, Heard & McDonald Islands
RÍE. LLORA. AMA. VIVE. Republicana, progresista y romántica por excelencia. Fuerte sentimiento de la justicia. Divino desastre pálido y frío. Creo en el destino, en la educación al pueblo y en el cambio. "Sapere aude."

domingo, 7 de julio de 2013

Tú pusiste mi mundo patas arriba

Debía de ponerle muy nervioso que gastara mi tiempo en mirarle sin decir nada y sonriendo tontamente, realmente, era mi forma más sincera de decirle que le quería.
Era muy distinto (o muy distinto respecto a mí). Él era insensible, tanto como yo era de sensible. Era muy seguro de sí mismo y de sus actos, y yo me subestimaba hasta decir basta. No había persona más tozuda en el mundo como él, ni una persona más flexible en el mundo como yo... Pero, eso era bueno, ¿no? Lo que uno tenía de más y el otro tenía de menos ampliaba mucho nuestra visión de contemplar el mundo y la vida. Tener a una persona que equilibraba lo que te sobraba o te faltaba era bueno. Era muy bueno... era extraordinario.
No sería la persona más sensible del universo, ni detallista, pero sabía agradecer lo bueno. Y fue entonces cuando caí en la cuenta que sin él la vida sería muy distinta... Sería muy difícil no volver a escuchar su "Hola, guapísima",  y... efectivamente, cuando estaba con él me sentía la chica más atractiva y bonita. Tenía una voz muy galana, muy dispar a anteriores oídas y si había una palabra que me sosegara más en la vida era cuando repetía los fonemas y los revolvía diciendo: "Tranquila". No sé si sería por las situación, la forma de decirlo o la manera de colocarme un mechón detrás de la oreja inconscientemente... Y fue entonces cuando caí en la cuenta de que todo lo anterior a él me parecía mediocre, aburrido, vacío; que todo en la vida puede ir bien, pero si tenía su mano izquierda abrazada a mi derecha, todo iba a ir mejor.

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