Mis niños

El amor se riega todos los días

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En el nirvana, El séptimo cielo, Heard & McDonald Islands
RÍE. LLORA. AMA. VIVE. Republicana, progresista y romántica por excelencia. Fuerte sentimiento de la justicia. Divino desastre pálido y frío. Creo en el destino, en la educación al pueblo y en el cambio. "Sapere aude."

lunes, 20 de diciembre de 2010

Cómplice de travesuras.

Hugo continuó acariciando el pelo de Anouk durante varias horas, era suave y estaba recién lavado. Más tarde; su cara, tan blanca como la suya, suave y fría. Siempre estaba fría.


Anouk notaba como una mano pasaba por encima de su cuerpo, se despertó y abrió los ojos lentamente. Allí estaba Hugo.

-Buenos días pequeña- le dijo Hugo mientras le daba un beso en la frente. La mirada de Anouk era atónita, no comprendía nada.
-¿Qué haces Hugo?
-¿Qué te pasa Anouk? ¿Qué hiciste anoche?
-Hugo... Necesito tu ayuda, tus consejos.
-No te preocupes desde que me mudé, en mi casa hay un montón de muebles que no necesitamos, tranquila- Hugo no separaba sus manos del cuerpo de Anouk, era tan tierna...



Se conocieron desde muy jóvenes. Todas las noches de verano, durante todos los años se sentaban mirando las estrellas, contándose sus problemas, sus preguntas sobre el sentido de la vida, marujeando. Y le debía estar muy, muy agradecido, gracias a ella conoció a Damara.
Anouk fue una cómplice en la vida de Hugo, conocía todos sus secretos, sus actos, sus pensamientos. Yél por muy necio que fuera, sabía también como se comportaba.


-Anouk...¿qué hiciste?- empezó a acariciarla la mano, era también tan bonita como la dueña.
-Coincí con Matias y me presentó a Teo, un amigo. -se acurrucó en él buscando cobijo humano-.
-¿Bebiste...?
-No- mintió.
-Anouk, hueles a alcohol que apestas.

Fue un momento en seco, pero enseguida empezaron a reir. Hacía tiempo que no reían de tal manera. La risa de Anouk era contagiosa, y cada vez que se Hugo ser reía le entraba hipo, más motivo de risa. Era tan felices juntos... y se estaban distanciando.


-Anouk... nunca más me separaré de ti.
Los ojos de Anouk comenzaron a llenarse de lágrimas. Si se casaban definitivamente sus amigos se separían, pero ella no podía impedirlo, se deseaban demasiado. Se abrazó a él con todas sus fuerzas, como si el tiempo se hubiera detenido solo para aquel momento.


-Hugo gracias, gracias por no dejarme sola aún.
-Nunca lo haré Anouk, nunca, eres la cómplice de mi vida.

Continuó acariciendo su pelo mientras Anouk miraba el terminar del amencer. 

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