Mis niños

El amor se riega todos los días

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En el nirvana, El séptimo cielo, Heard & McDonald Islands
RÍE. LLORA. AMA. VIVE. Republicana, progresista y romántica por excelencia. Fuerte sentimiento de la justicia. Divino desastre pálido y frío. Creo en el destino, en la educación al pueblo y en el cambio. "Sapere aude."

sábado, 25 de diciembre de 2010

Mi corazón dejó de latir por amor.

Estuve quedando varios días con Teo, era feliz, me sentía viva, llena de alegría. No podía reconocer que estaba enamorada de un hombre al que conocía de tan solo dos semanas y algunos días más. Mi felicidad con él duró esas dos semanas.
Estaba furiosa, dolorida, como si hubiera arrancado mi corazón y lo apretara con ira; fue así como me sentí al verle con su novia, engañada.

¿Por qué no me lo dijo durante todo este tiempo? Quizás no tenía suficiente confianza conmigo o a lo mejor sería porque.. ¿No quería hacerme daño? ¿Daño a qué...?

Eran los continuos monólogos que me hacía tumbada en mi cama mirando al techo, buscando pretextos, sinfines de excusas para no aceptar lo que pasaba. Durante todo el mes que Teo estuvo con su novia sentí como mi corazón dejaba de latir y no solo eso si no todas las ilusiones y alegrías que había depositado en mi corazón fueron muriendo poco a poco, como un terrible y sufrido cáncer.
Siempre me sentí así cuando veía que el tenía el amor de otra mujer que no era yo, que era feliz al estar junto a ella.


Ya no recuerdo el número de veces que me di golpetazos contra la pared cuando me decía que ellas eran el amor de su vida, que las amaba más que a la anterior; pero como aquella mujer que me odió tanto por tener creencias e ideas diferentes a las suyas, nunca amó a otra igual. Incluso a pesar de odiarme (y yo a ella era de esperar) fue simpática conmigo, no me dejaba sola en ningún momento hasta el día en el que Teo celebró su cumpleaños.
Me agarró tan fuerte de la mano para abrir su regalos... Y creo que el Rey Demonio me castigó por ello. La mirada de ella era de odio hacia a mí le quité la felicidad que tenía junto a él, pero yo era tan feliz... Nunca me sentí tan cerca de Teo; los pedacitos rotos de mi corazón se rejuntaron por si solos. Era como un sueño, aunque me utilizara para que ella le hiciera caso.
Desde ese día supe que mi amor hacía él era algo único.

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