Mis niños

El amor se riega todos los días

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En el nirvana, El séptimo cielo, Heard & McDonald Islands
RÍE. LLORA. AMA. VIVE. Republicana, progresista y romántica por excelencia. Fuerte sentimiento de la justicia. Divino desastre pálido y frío. Creo en el destino, en la educación al pueblo y en el cambio. "Sapere aude."

sábado, 18 de diciembre de 2010

Nada sucede por casualidad. (Parte 1)

Anouk pudo sentir un gran mano agarrando la suya.Se giró tan deprisa que podía haberle dado un gran leñazo al dueño de aquella mano. Era Hugo, la mirada de Hugo era desconcertante y en los ojos de Anouk se podía observar como sus pupilas se dilataban en cada segundo que pasaba. Hugo sentía el temblor de su pequeña amiga, todo aquella situación era demasiado nueva y extraña.

-¿A dónde vas Anouk? La salida es por el otro lado.- Las palabras de Hugo la tranquilizaron, soltó su mano suavemente con temor. No recordaba el tacto de aquellas manos, tan suaves y con dedos tan finos.
-Iba a beber agua...¿ya nos vamos o qué?
-Venga Anouk...-vaciló- sabes de sobras que nos vamos a cenar.



¡Era imposible! Habían pasado ya dos horas desde que llegaron, nunca se paró tanto tiempo a mirar a una persona, nunca tardó tanto tiempo en decidir sin lanzarse o no en una primera vez. Aunque tampoco se hubiera lanzado nunca.
No había prestado atención ninguna a la conversación, solo asentía. No sé dio ni cuenta de que decidieron cenar fuera. Le miró por ultima vez, si no hubiera tenido aquel chaval el flequillo tan largo podría haberle visto los ojos y recordar su mirada.
Durante la cena las preocupaciones volvieron a la mente de Anouk, ahora se le sumaba otra.


"Realmente eres estúpida Anouk, ¿qué te cuesta pedirle un mechero, un cigarro....un pañuelo? Acabas derrochar dinero en una inútil casa, has perdido a la persona que quizás complementara tu vida, a tu mejor amigo, tus ganas de ser pintora...¿Habré perdido la ilusión por vivir?¿Será eso...?".


Después de terminar la cena Hugo le pidió las llaves de su casa a Anouk, le había comentado los problemas de dormitorio, agua y falta de sábanas. No le hacía falta preguntar como para saber que su pequeña amiga tenía un montón de preocupaciones acumuladas en su cabeza. Si ahora se entretuviera a consolarla sería tiempo desperdiciado, le interesaba más penetrar en el cuerpo de Damara que su vulnerable amiga.
Y Holly también tenía amor para esta noche, no habían pasado ni diez horas y ya tenía otro hombre que la amaría.

Anouk nunca había ido a emborracharse sola, pero era una experiencia que tarde o temprano tendría que hacer.
Entró en el primer bar que vio, aunque ya había pasado por varios no se fijo en ninguno, la poca decoración que había   le recordaba a su humilde cafetería.

Fue hasta el mostrador y pidió su primera copa, mientras esperaba se giró delicadamente y puedo verle allí, pudo volver a rozar su alma con su mirada, ahora incluso tenía la excusa perfecta para acercarse a él.

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