¡Por supuesto que me acuerdo! A pesar de los años podría describir perfectamente la primera vez que vi a Cherut.
Cuando le vi entrar mis sentimientos fueron indescriptibles. Ni si quiera la palabra amor se acerca a ese nuevo sentimiento que corría dentro de mi; celos, envidia, amor, odio; todos se mezclaron. Intenté apartarlo de mi vida a toda costa, pero más tarde esos sentimientos fueron conducidos por deseos, unos deseos muy fuertes. Solo yo podría darle calor y luz necesario en esta vida, en esta y en todas en las que vivamos.
No soy religiosa, pero creo en la reencarnación o eso me hizo creer Cherut. Nada más verle supe que ya lo había visto antes, y no me refiero de verle en la calle, en la televisión o escucharle por la radio, no; si no en otra vida, siendo yo el hombre que proporcionaba calor.



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