Mis niños

El amor se riega todos los días

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En el nirvana, El séptimo cielo, Heard & McDonald Islands
RÍE. LLORA. AMA. VIVE. Republicana, progresista y romántica por excelencia. Fuerte sentimiento de la justicia. Divino desastre pálido y frío. Creo en el destino, en la educación al pueblo y en el cambio. "Sapere aude."

miércoles, 12 de enero de 2011

Buenos días mimada.


Cuando Cherut despertó percibió el olor a café molido y recién hecho, a tostadas elaboradas con la sartén. Había una gran pereza en él, sus ganas de levantarse eran diminutas, pero las ganas de ver a Ruffy eran abundantes. Se marchó hacia el lavabo, abriendo el grifo, el descenso del agua le relajaba, quedándose dormido de pie. Podía afeitarse aunque a Ruffy le gustaba restregar su cara en la barba de él; también podía cortarse el pelo, pero tanto Marie como Ruffy enmarañaban sus dedos en su cabellera; incluso dejar de apuntar notas en el lateral de su mano, a Ruffy le enamoraba, la conquistó así.

El sonido de la tetera hizo un zumbido en sus oídos. Se asomó por el arco de la cocina, vigilando como Ruffy removía una y otra vez los cereales con el café. Con la cuchara, de arriba a abajo.

-Buenos días mimada- acarició su larga y lacia cabellera. Camino un par de zancadas, cogió su taza y echó café. Se colocó enfrente de la mimada, observando como daba sorbos de vez en cuando al tazón.

-¿No te gustan las tostadas?- Aupó sus manos con el bol en ellas, alzando su vista mientras dio tres o cuatro sorbos más. -Mojadas en café saben mejor- le ofreció unas pocas con la mirada de niña bonita.


Dejó el plato encima de la mesa. Su dedos índice y corazón comenzaron a caminar, cruzándose con la mano de Cherut, agarrándola, se puso en pie, rodeó una parte de la mesa volteando la foto de boda con la mano que tenía libre. Finalmente se acomodó en sus piernas.


-Todavía no sé si me quieres o no- Soltó las manos de Cherut del periódico, ligandolas con las de ella, revolcándose en él.

Cherut partió una tostada a la mitad, la untó en café trasladandosela a la boca de Ruffy. -Te quiero lo suficiente como para meterte en mi casa con el riesgo de que te vea mi mujer. Que termine detestando a mi niña mimada.- comenzó a mojar tostadas mientras Ruffy se adormecía en su regazo.

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