Mis niños

El amor se riega todos los días

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En el nirvana, El séptimo cielo, Heard & McDonald Islands
RÍE. LLORA. AMA. VIVE. Republicana, progresista y romántica por excelencia. Fuerte sentimiento de la justicia. Divino desastre pálido y frío. Creo en el destino, en la educación al pueblo y en el cambio. "Sapere aude."

martes, 25 de enero de 2011

Mañanas escalofriantes.

No había otra cosa que más le gustara a Anouk que las mañanas de Ocutbre, cuando los árboles comenzaban a desnudarse o como pasar por el río y comenzar a sentir frío.

Su cafetería era demasiado sosaina; iban los mismos de siempre, los del barrio y de vez en cuando algún turista.
Dejó su abrigo en el perchero, se colocó su delantal y se fabricó un par de trenzas.
Caminó hasta el mostrador. apoyó los codos en él y sus manos en la cabeza.

-Buenos días bonita- Teo cogió una de sus manos y se la llevó a la cara para acariciar su barba.
-¿Qué haces?- escabulló su mano aprisionada y acarició su torso- ¿Por qué no estás con Holly?
-Porque ella no me quiere a mi ni yo a ella- hizo una mueca- ¿A qué hora sales?- volvió a sonreir- Quiero quedar contigo- lazó un par de monedas para el café. No estaba bien hacer perder el tiempo de trabajo de una chica como Anouk por él.
-¿Con leche?
-¡Anouk! No me ignores por favor- Se cabreó como un niño chico.

Le sirvió el café con leche, como a ella le gustaba. Teo se lo bebió de un golpe mientras la miraba. Anouk deshizo una de sus trenzas para repetirlas.

-Me pareces guapa- dijo Teo rompiendo el silencio.

Anouk cogió el vaso de plástico y se lo puso en la nariz para oler el aroma con una escondida sonrisa

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