Despejó las cortinas, entreabrió las ventanas, observando el amplio y prolongado barrio. Yacía verdaderamente bonito; aún se conservaba tal cuando era pequeña. Con calles más modernas, paseables.
Hizo una pausa. Respiró profundamente y suspiró. Se originaron en la constante y extraña mente de Anouk las veces en las que Holly golpeó la puerta sin contestación. Empezaba a detestar a su amiga.
Contempló el Bonnechere, estaba tan cerca... Tan cerca como para lanzarse libremente desde la ventana. Cegó su mirada de la ventana, la cerró y volvió a suspirar. Retornó a la mesilla de noche; fue abrirla y encontrarse otra idea en acabar con su vida.
-Te quiero Teo, mucho- Musitó con la voz implorante.
Se evadió de su cuarto. El salón, la cocina, todo estaba en su sitio, colocado. Y en aquel lugar envuelto de ternura estaba Holly liada en sábanas. La mirada de Anouk reflejaba la conmoción que había en ella; la miró detedinamente y volvió huyendo a su cuarto atemorizada.


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