Mis niños

El amor se riega todos los días

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En el nirvana, El séptimo cielo, Heard & McDonald Islands
RÍE. LLORA. AMA. VIVE. Republicana, progresista y romántica por excelencia. Fuerte sentimiento de la justicia. Divino desastre pálido y frío. Creo en el destino, en la educación al pueblo y en el cambio. "Sapere aude."

domingo, 14 de agosto de 2011

Por todos los no cumpleaños

El único sonido de las agujas del reloj comenzaba a ser frustrante. El paso de las hojas del periódico y como  Fabiola buscaba hilos y tijeras en el costurero.

-¿Te sirve este botón? –dijo abriendo su mano para que Paolo lo viera.
-Es diferente- refunfuñó.
-Te pongo otro igual entonces. ¿Está bien así?

Paolo volvió a bajar la cabeza ojeando el periódico. Fabiola se dirigió hasta el mueble bar sacando la botella de coñac.
-¿Quieres?
-…
-¿Café? El café a media tarde te gusta
-Es de noche Fabiola, hazme caso. Son las diez.

Fabiola descolgó de su cuello el delantal y se descalzó. Movió el sillón donde estaba sentado Paolo y lo colocó enfrente de ella.
-¡Tira esa mierda! –le dijo arrebatándole el periódico.
Dio un ligero salto y se sentó encima de su regazo. Paolo la abrazó muy fuerte, sintiendo en su nariz el olor a limón de los cabellos  negros de Fabiola, mientras que ella acariciando su perilla. Qué bonita  y bien cuidada tenía la perilla  Paolo.
-Mañana es mi cumpleaños- engañó mientras le acariciaba la barba como ella sabía.
-Mientes
-¿Aún así me felicitarás, no? –hizo una pausa, le miró mientras se reía. Juntado su nariz contra la de Paolo- pero no quiero que me felicites cuando te vengas a dormir, sabiendo Dios a qué horas te vuelves a mi lado. No, no quiero eso.
-¿Qué pides por tu no cumpleaños?
-Con que me sigas mimando así de bien, amándome como tú sabes, creo que me conformo-dijo con la señal de guiñar un ojo. 
-Está bien- contestó Paolo con guiño. Sabiendo los dos que un ojo guiñado significa te sigo queriendo muchísimo desde mis quince

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