Mis niños

El amor se riega todos los días

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En el nirvana, El séptimo cielo, Heard & McDonald Islands
RÍE. LLORA. AMA. VIVE. Republicana, progresista y romántica por excelencia. Fuerte sentimiento de la justicia. Divino desastre pálido y frío. Creo en el destino, en la educación al pueblo y en el cambio. "Sapere aude."

miércoles, 31 de julio de 2013

Eternas cicatrices

Hay días en las que te aferras a tu burbuja en el infierno, y a mí me da miedo explotarla. A veces hablar te agota y otras tanta en las que imploro tu clemencia. Religiosamente ni decaes en el efecto que causas y te obcecas con lo de la dependencia. Yo, mientras tanto, me reprimo en abrir tu cabeza tozuda pensando que puede ser tan sencillo como abrir una nuez. Veces en las que nos extrañamos. A veces nos magullamos, otras plaño y me gustaría inmolarme. A veces te escribo con tanta minuciosidad que ni sé si vas a husmear el significado sencillo de estas palabras.

Pero otras veces... Las otras veces son tan personales y tan impecables que no existen términos para hablar sobre ello. Son veces en las que nos tocamos, nos sentimos y nos hacemos reír mutuamente. Veces en las que chismorreamos y, por qué no, te bailo como baila un pato. A veces, pasan los minutos y yo me abrazo a ti, tú me besas en la frente y yo te cojo la mano pero no me dejas dormir. Veces en las que los besos a escondidas son nuestro Padre Nuestro, y otras, en las que nos buscamos locamente para alegrarnos, y otras, en las que nos cambiamos nuestros papeles para mimarnos. Y siempre intentar recordarnos el uno al otro que, a pesar de las lesiones, otros quienes nos besaron nos hicieron mucho más daño.

Pero, desde la primera vez que intercambiamos palabras me sentí fuertemente atraída por ti para transformarse en un sentimiento sin retorno, para hacernos eternas cicatrices.

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