No conocía lo que era lo nuevo hasta que apareciste tú e hiciste que brotaran todos los sentimientos que hasta entonces habría reprimido entre cama y lágrimas. Y con ello, todos los pecados. Eres mi avaricia materializada cuando te quiero todo mío. Eres lo que provoca el hambre, la gula por tus besos. Avivas la ira de mi talle, retumbando el ahogo.
Me rendiría a la pereza después de caer en tus brazos y no querría hacer otra cosa que no fuera hacerte el amor. Cuánta envidia guardo para tus sábanas.
Conóceme mejor. Arriésgate a perderme porque yo me aseguraré de que me ganes, atrévete a equivocarte porque yo me aseguraré de que aciertes. Y se me irá la vida intentando revelar el acertijo de tu mirada trazando ángulos con mi mirada, los secretos que guardan el poder de tus manos si se acercaran a mi piel y el misterio de tu boca sobre mis labios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario