Una flor de tres pétalos, una flor de nada...

Cuántas veces más vamos a dejar que el viento nos azote, escalar montañas para descender a velocidades vertiginosas y asumiendo todo peligro para terminar resquebrajarnos hasta los sesos.

Pero, ¿qué historia es ésta? Dios estaba maljugando cuando decidió destinarnos al mismo planeta. Aquí hace frío y yo quería que me cubrieras con el poco calor que pudieras dar pero terminé resfriándome. Es como estar en un desierto. Un desierto en el que estoy yo y estás tú y es desierto porque no hay humanos.
Y estás para todos o estás sólo para ti, pero estás porque te sientes todopoderoso o porque estás aburrido (aunque a veces yo también me sentía poderosa); mientras una margarita juega a deshojarse para saber si nos queremos o no, pero pasen los días que pasen se queda siempre en el quizás se quieren.