Aquí en medio de la nada, de la oscuridad, al borde del agujero negro que conduce a la nada. A la deriva, sin mis dientes de leche. En la punta de mi zapato, te veo. Veo tu sombra que se convierte a carne y si se alejara, mis pies descalzos irían en tu busca.
Escribía: pena. Me corregiste y pusiste sentimientos reales. Buenos y reales.
Escribía: llanto. Y detrás de cada llanto acariciaste mi cabello.
Se calló el dolor. Se calló toda esa gente sedentaria y materialista. Se calló el mundo para escuchar la respiración de un poeta. El mundo hizo shhh para respetar la única paz que había en el mundo moderno y enfermo hasta las entrañas. La paz de tu mano enlazada en la mía cada noche al dormir.
Mi alma gemela, de corazón.
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